lunes, 9 de noviembre de 2015

La magia del primer amor

Carlos y Marta llevaban algún tiempo viéndose. Yendo de aquí para allá juntos. Riéndose como sólo ellos entendían. Compartiendo miradas que hablaban por sí solas. Sintiendo que el mundo era suyo cuando estaban juntos, que aquello que sentían en el estómago cuando sabían que iban a verse era muy fuerte. Pensando que lo que existía entre ellos era demasiado grande como para tener fin… cuando la suma de sus edades no llegaba a treinta.
- Tú no estás bien…
-Ya.
-Anímate tonta.
-Anímame tú.
-Pero yo no soy animador, yo soy mago.
-¿Ah sí? ¿Y qué magia haces tú?
-Espera, no te muevas,  tienes algo ahí.
-¿Qué tengo? ¿Dónde?
-Debajo de la nariz.
-¿Qué tengo? ¡Quítamelo, Carlos!
-No me lo perdonaría, es una sonrisa preciosa… ¿Ves como hago magia? Me anticipo a los acontecimientos.
-¿Ah sí? ¿Y ahora qué va a pasar señor mago?
-Ahora querida ayudante debe mirar el reloj y recordar bien la hora que es porque me dispondré a parar el tiempo.
- Las 18:08…sorpréndame.
-Pequeño contratiempo… al señor mago le ha entrado algo en el ojo. Corre, ¡sópleme!
-¿Se quita?
-Un poco más cerca y sople un poco más.
-¿Ya?
-Un poco más.
-¿Cuánto más? ¿Esto forma parte del truc…?
Marta no pudo decir nada más, al menos hablando.



Durante mucho tiempo fueron siempre las 18:08. Un primer beso mágico paró el tiempo para Carlos y Marta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un blog se alimenta de comentarios. Haz tu aportación.