sábado, 29 de diciembre de 2012

El último primer beso

El primer beso en realidad es un poco como en las películas. Lo esperas con todas tus ganas y no llega. De hecho siempre llega cuando menos lo esperas. Pero cinco segundos antes de que pase ya sabes que va a pasar. ¿Sabéis a que me refiero? Esos segundos en los que los protagonistas se miran a los ojos y se dicen mentalmente: Ahora es nuestro momento. Y entonces sabes que la espera ha merecido la pena. Dure lo que dure, el primer beso es mágico. Y como todo lo mágico, se esfuma rápidamente para que no veas el truco y te quedes boquiabierto. El primer beso es único. Te produce una sensación difícil de explicar. Te llena de buenas ideas. Y sobretodo, te incita a repetir. Pero a partir del primero ya nunca será lo mismo. Todos los siguientes estarán destinados a ser comparados con ese. Y ya se sabe lo odiosas que son las comparaciones. Es imposible, ninguno es como el primero. El sabor de la inexperiencia y la improvisación. Es el beso que nunca se olvida. Quizás lo único triste de todo esto sea lo efímero que es, si lo piensas, al dar el primer beso estas dando el último primer beso de tu vida.

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