sábado, 24 de mayo de 2014

Los vacíos también pesan.

¿Quieres saberlo? Pues sí, duele. Y pasa el tiempo y se ríe de mi. Otra vez lo he conseguido, ¿eh? Y tiene razón. Otra vez he perdido. Y nunca duele tanto una derrota como cuando lo has intentado con todas tus ganas. Y al final queda esto. Nada. Las manos vacías,la cabeza alta y la sonrisa puesta. Hay que seguir. Levantarse. Olvidar. Descolgar las fotos. Esconder las cartas. Desalojar a los recuerdos. Desquerer. Mentir. Me da igual..no importa. Caer. Bajar la cabeza. Bañarte los ojos. Llenarte las manos de impotencia. Querer tanto como siempre y que eso sea más inútil que nunca. Agarrar a los recuerdos por el pescuezo y darles la razón. ¿Quieres saberlo? No soy de piedra. Sonrío para apretar el nudo en la garganta y que el miedo no se escape. Este miedo a perder lo que ya está perdido. A sentir este vacío. ¿Quieres saberlo? Llevo palabras incrustadas en el pie para dolerme a cada paso. La decepción a cuestas y mil recuerdos que me persiguen para darme un toquecito en el hombro para que mire atrás y vea que esto se ha acabado. Resuenan las risas. Resiento abrazos. Vuelvo a mirar las fotos. Releo las cartas. Las promesas me pellizcan el alma. Me ahogo por dentro. Intento entender. Conocer lo que ya no conozco. Y entonces vienen.
Los recuerdos malos de patitas largas. Gritos. Malas caras. Dobles intenciones. Aguantar. Tragar. Resistir. Patada al orgullo. Volverlo a intentar. Fallar.Patada al orgullo.Volverlo a intentar. Sentirte inútil.Patada al orgullo. Volverlo a intentar. Celos. Egoísmos. La culpa volando siempre hacia fuera. Olvidar lo que duele. Dejarlo atrás. Volverlo a intentar. Volver a fallar. Matar al orgullo. Una vez más. Nada de nada. Canciones que arrugan el alma. Aplazado, de nuevo inacabado, agotado, no sé si podré dar más... Vamos,ahora, que no mira nadie. La impotencia me empaña los ojos. Un recuerdo salado me baja hasta la boca para recordarme que cuesta sonreír. Miro a mi orgullo a los ojos. Ya tuvimos suficiente. ¿Quieres saberlo? No soy de piedra. Yo también necesito huir y que me sigan. Querer y que me quieran. Llorar y que me abracen. ¿Creías que no? Pues sí, me duele. Me duele que después de tanto no lo supieras. Que dudaras de este vacío que siento. Este vacío que es sólo vuestro y pesa. Y que, lo creáis o no, nadie podrá llenar.