lunes, 30 de julio de 2012

How could I be so sure If you never say what you feel

Cuando la tristeza nos abruma, nos sentimos únicos. Pensamos que sólo nosotros sufrimos tanto en ese momento. ¿Qué tontería verdad? Pues así es la raza humana, estúpida. Queremos que todos se compadezcan de nosotros y  traten de acabar con nuestra pena. Sin pensar que quizás ellos tengan otras penas, la mayoría de las veces incluso mayores que la nuestra. La tristeza nos ciega, ese es el problema. Pero un giro de 360º lo cambia todo , empiezas a ver las cosas, te das cuenta de que no estás sola. Ponerse en el lugar del otro lo llaman. Empatía, que suena más bonito. No es una tarea fácil, saber como se siente alguien que no eres tú. A veces solo podemos tener una leve idea, a veces ni siquiera ellos mismos saben cómo se sienten. 
En cualquiera de los casos, es difícil ponerte en la piel de alguien. Comprender una situación que no has vivido. Difícil saber cuántas heridas hay detrás de una sonrisa. Cuántas frases que nunca se dicen detrás de un ''estoy bien''. 
Cuántas lágrimas cuando y donde nadie puede verlas. 
Es difícil entenderlos y más cuando ni ellos mismos se entienden. 
Pero en el fondo puedes hacerte una idea, sólo tienes que ponerte a su lado e intentar ver lo que ellos ven. Olvidarte de ti, dejar de mirarte el ombligo, y preguntarles cómo están, cómo se sienten en ese momento, qué les preocupa. 
Algunas veces no querrán contestarte, otras veces conseguirán engañarte maquillando la verdad y colocándose una máscara que oculte su tristeza. Otras veces creerán que te engañan y no lo harán. Incluso sabrán que no te engañan y lo seguirán haciendo. Otras veces recurrirán  a cambiar de tema, y otras, cuando tengas suerte, se sinceraran. 
Sea cual sea el resultado, la empatía es necesaria. Te ayuda a saber que no estás solo y que a veces quien menos esperas te entiende mejor que nadie. 

miércoles, 25 de julio de 2012

Las personas no mueren hasta que muere la última persona que las recuerda

Ella ya no está. Pero es como si no quisiese irse del todo, como si siguiese ahí con la puerta abierta mirándonos, esperando que le digamos adiós. Y allí permanecerá, inmóvil, en todos y cada uno de los corazones de las personas que tuvieron el placer de robarle una porción de su tiempo cuando aún lo tenía. Tuve suerte, yo pude hacerme con un poco de ese tiempo. Aunque no me acuerde, aunque tengan que contármelo para que lo sepa. Una imagen, le lavan el pelo. Mi único recuerdo. 
Pero la quise, sé que la quise. Y la quiero. Porque sólo tengo una imagen, pero tengo mil palabras de aquellos que tuvieron más suerte que yo. Mil palabras y ni una sola de ellas mala. Nada que no se merezca una mujer como ella. Grande entre grandes sin duda. Y los grandes nunca se van del todo, no hasta que los olviden. Y aquí nadie te olvida, ni siquiera los que no te podemos recordar. Cocinero, cocinero..dicen que te cantaba eso y sonreías. En las fotos a mi también se me ve feliz contigo. 
Sé que no te has ido, que una parte de ti está en cada uno de nosotros para cuidarnos. Espero que puedas vernos y te sientas orgullosa. Hoy es tu santo abuela, muchos se acuerdan de ti. Felicidades. Vamos, sonríe, tienes que hacerlo. No sé si me escuchas, pero te estoy cantando. Cocinero, cocinero, enciende bien la candela...cántala conmigo. Estés donde estés, te quiero.


Quisiera haber querido lo que no he sabido querer

Uno, dos, tres pasitos más. Siempre adelante, ¿es eso lo que hay que hacer, no? No mirar atrás, aunque vayas sin rumbo. Sobre todo cuando tienes que huir de lo que te hiere,te asusta o simplemente ya no te llena, correr en busca de algo mejor. Salir ahí fuera para encontrar tu felicidad. 
Zancada, zancada, zancada, te cansas pero no importa, otra zancada más, te vas lejos, muy lejos.Y entonces llega el momento, quieras o no, esté bien o mal, lo haces. Te giras, alzas la vista, observas con detenimiento aquello que has dejado atrás. 
Y es ahí cuando ves cosas que nunca habías visto, te fijas en los detalles que habías pasado por alto. Te das cuenta de todos y cada uno de los errores que has cometido. Y te encantaría tener una oportunidad para remediarlos. Piensas que si existiese el modo de volver atrás lo harías todo mejor, harías menos daño a quien de verdad te importa, meterías menos la pata y valorarías más cada cosa que han hecho por ti. Pero no puedes volver atrás. Dicen que nunca es tarde para arreglar las cosas, pero ya no te crees nada de lo que dicen. Te sientes estúpida, culpable, fatal contigo misma.
Pides ayuda a alguien de confianza y te dice que esto te sirve para hacerlo mejor en la próxima, para no fallar en las mismas cosas otra vez.
Pero lo piensas y ves que siempre has fallado en lo mismo. Que siempre has terminado por hacer daño a personas que de verdad merecían la pena. 
Y te duele, porque ese daño ya no se puede curar. ¿Volver atrás? No se puede. Por el momento sólo podemos pedir perdón por los fallos y dar las gracias por los buenos momentos, aunque sea con un poco de retraso.

lunes, 2 de julio de 2012

All the lonely people, where do they all come from?

Las personas estamos hechas para soportar múltiples cosas. Sin embargo, la soledad no es una de ellas.  Necesitamos cariño. Que nos recuerden a menudo lo mucho que nos quieren. Necesitamos abrazos para cerrar algunas heridas. Unos oídos que nos escuchen, una mano que tome la nuestra para sentirnos seguros. Necesitamos el consejo de una madre y la charla de una amiga. Necesitamos risas que nos hagan llorar y gente que nos arranque sonrisas mientras lloramos. Necesitamos que nos elogien cuando triunfamos y nos reprochen lo que hacemos mal para mejorar. Y que nos apoyen cuando nos proponemos una meta lejana. Necesitamos hombros en los que apoyarnos cuando todo vaya mal y unos labios que nos susurren que todo saldrá bien. Necesitamos amor, ya lo decían los Beatles, todo lo que necesitamos es amor. Pero lo más importante de todo es que además de necesitar todas esas cosas, necesitamos sentir que a nosotros también nos necesitan. Porque solo así encontraremos nuestro sitio en este lugar llamado mundo, al lado de aquellos que le dan sentido a nuestra vida.