jueves, 7 de julio de 2011

Estés donde estés

Querida abuela, hoy te escribo desde la lejanía. No sé muy bien a dónde te fuiste ni dónde estás ahora, pero tengo la certeza de que estás bien, porque las personas buenas siempre tienen a alguien que las protege.
 No sé la cantidad de espacio ni de tiempo que nos separa, aunque a veces siento que estás más cerca de lo que pienso. Cuidándome y queriéndome de  ese modo en el que solo las abuelas saben hacerlo.
No sabes cuánto me hubiese gustado conocerte. Contarte toda mi vida e irme a tu regazo cada vez que sintiera la pena llamando a mi puerta...Verte envejecer y cuidarte yo también a ti. Pero es verdad que a veces la vida es injusta y quita de nuestro lado las cosas más valiosas que tenemos.
En este caso, ni siquiera me dieron opción a conocerte, era tan pequeña...Si te soy sincera apenas tengo un leve recuerdo tuyo. Pero ese recuerdo sumado con todo lo que han ido contándome de ti, ya es suficiente para quererte.
No sé si tú recuerdas algo de mí, o si tal vez sabías que existía pero no eras consciente de que era tu nieta. Es lo que tiene el alzheimer...no te quita sólo la memoria, te lo quita todo.
Lo que más rabia me da es que te tocara a ti. No te lo merecías...
Debió ser muy triste para ti vivir sin saber quién eras tú, quién era tu familia, tus amigos...
Debió ser triste el no recordar cuántos años tenías, el cómo comer, el cómo andar...
Pero más triste aún fue para los tuyos.
El abuelo no quería seguir viviendo sin ti...
¿Mamá? puf..Mamá luchó muchísimo para que no la vieras llorar, pero estaba hundida...
Papá y todos los demás intentaban ayudarte para que recordarás...pero no había forma. En esos entonces no había tantos avances como ahora.
Pero aún más triste es que yo ni siquiera pude darme cuenta de lo que se me iba de las manos... en el 99 perdí a una de las cosas más valiosas de mi vida. Es una suerte que pudiera quedarme con tu nombre... es lo único que me queda de ti.
Así, cada vez que me llaman Pilar, porque al igual que a ti no me gustan los diminutivos, cierro bien fuerte los puños, sonrío y contesto:
 Sí señor, esa soy yo.

3 comentarios:

  1. Me alegra que te emocione Abrajam! De hecho, a mi también me emocionó el escribirlo. Gracias por leerme siempre.

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  2. Que alguien sea capaz de describir de esa forma tan maravillosa el alma de mi madre: es sorprendente, pero si ese alguien es tu hija lo es aún más: SUBLIME.

    GRACIAS.

    Mi pequeña, no dejes nunca de escribir, porque cada vez que leo alguno de tus relatos es como si mi alma creciera unos cuantos de centímetros.

    TE ADORO.

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