sábado, 23 de junio de 2012

No puedes taparte los oídos si habla tu corazón

Venga, yo puedo. Dos pasos, me encuentro de frente contigo, marcha atrás, cambio de sentido sin mirarte, me voy lejos. Para no poder verte, para que tu indiferencia no empañe mis ojos. Pero no lo consigo, otra vez aquí mirándote por si te da por mirar a ti también. Para que eso pase y así darme cuenta como el orgullo nos gana la partida una vez más, y apartamos la vista a la vez en direcciones opuestas. Las mismas preguntas, las mismas respuestas, la misma mentira. ''No, si estoy bien''. Pero nadie nos cree, la gente no es tonta. Las tontas somos nosotras al creer que engañarnos sirve de algo.
Ya no sé si he hecho bien, las dudas me comen por dentro. ¿Y si la pierdo?

Una primera voz me alerta. Fuera orgullo. Me aconseja que haga lo que de verdad quiero, que es ir ahí y darte un abrazo hasta que se nos olvide porqué no nos hablamos. No más engañarte a ti misma,eso me dice.
Pero hay una segunda, la peor. Dice que espere,que no siempre sea yo la que de el paso. Que ilusionarse en vano también es engañarse. Que arreglar las cosas sin de verdad haber encontrado una solución, no sirve de nada; solo hace que esto nunca acabe. Dice que esta vez seas tú la que pierda algunas cosas sólo para tenerme contigo de nuevo. Pero...¿Harías eso por mi?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Un blog se alimenta de comentarios. Haz tu aportación.