domingo, 25 de marzo de 2012

Cargarse mucha responsabilidad a la espalda nunca fue buena idea


Siempre quise buscar la perfección en todo. Desde pequeña quería tenerlo todo controlado, y si algo no salía como yo quería me enfadaba. Y trataba de cambiarlo todo y ponerlo a mi gusto. 
Y cuando había cosas que no dependían de mí, me cruzaba de brazos y esperaba que la vida se simpatizase conmigo y moviese los hilos para que todo saliese como yo lo había imaginado. 
Maduré y me dí cuenta de que la vida no siempre se simpatiza contigo. Que no todo saldrá siempre perfecto y que yo no podía controlarlo todo, y menos las cosas que no dependían de mí y de mis actos. Y aún así seguí esperando demasiado de la vida, de mi misma y de los demás. Y quizás ese sea el problema, esperar mucho de los demás. Esperar que ellos tengan el mismo espíritu exigente con ellos mismos y traten de hacer las cosas lo mejor posible. Pero todo el mundo no es igual. 
Lo que para ti está bien tal vez para otro sea algo impensable. 
Está muy bien intentar controlarlo todo para que la gente a la que quieres sea feliz, pero sólo somos personas, un corazón para muchos, sí; pero sólo un cuerpo que no puede estar en más de un sitio a la vez. Tal vez a veces sólo quede llenarse de impotencia, cruzar los brazos y esperar que la vida vuelva a ponerlo todo en su sitio. 

2 comentarios:

  1. Puedo jurar que al leer la entrada fue como si la hubiese escrito yo.
    También soy, y siempre fui, MUY PERFECCIONISTA. Es algo que estoy intentando cambiar aún :)
    PD: Gracias por tu lindolindo comentario en mi blog ^^
    Besos agridulces♥

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  2. Gracias por tu comentario!!
    Yo también estoy intentando cambiarlo jaja :)
    Un saludo Greendero!!

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