Mi problema no es dar y no recibir. Claro que recibo. No de todas las personas, pero si de algunas.
Mi problema es que mucho antes de haber recibido, ya lo espero.
Y espero muchísimo de todo el mundo.
Pero entonces, en ese momento; es cuando me doy cuenta de quién de verdad importa. De que no todo el mundo es tan generoso como imaginaba,sino más egoístas de lo que podia llegar a pensar.
De que al fin y al cabo, solo las relaciones recíprocas merecen la pena.
Y aunque me he dado cuenta de eso, ya es demasiado tarde para retroceder. Es demasiado tarde para elegir quien afecta en mi felicidad y quién no. Demasiado tarde para cambiar qué personas cuidas más que a ti mismo. Porque ya te ha dado tiempo de quererlas, y eso no te lo quita ni el daño que te hagan.
Mi problema es que mucho antes de haber recibido, ya lo espero.
Y espero muchísimo de todo el mundo.
Pero entonces, en ese momento; es cuando me doy cuenta de quién de verdad importa. De que no todo el mundo es tan generoso como imaginaba,sino más egoístas de lo que podia llegar a pensar.
De que al fin y al cabo, solo las relaciones recíprocas merecen la pena.
Y aunque me he dado cuenta de eso, ya es demasiado tarde para retroceder. Es demasiado tarde para elegir quien afecta en mi felicidad y quién no. Demasiado tarde para cambiar qué personas cuidas más que a ti mismo. Porque ya te ha dado tiempo de quererlas, y eso no te lo quita ni el daño que te hagan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Un blog se alimenta de comentarios. Haz tu aportación.